Travnik se asienta en un valle verde rodeado de suaves colinas y siglos de historia. Los visitantes suelen pasear por el casco antiguo para admirar las coloridas casas de la época otomana, las murallas medievales y las torres gemelas del reloj. A lo largo de sus calles sinuosas se encuentran antiguas mezquitas y casas bosnias tradicionales con balcones de madera tallada, cada una de ellas testimonio del papel de Travnik como sede de los visires. En el corazón del pueblo se encuentra el manantial de aguas cristalinas conocido como Plava Voda. Tanto los locales como los turistas se reúnen junto a sus frescas aguas para pasear por los molinos de piedra, cenar en cafés a orillas del río y sentir el rocío de la cercana cascada. Un corto paseo aguas abajo te lleva a esta cascada serena, donde la piscina en su base es perfecta para un momento de descanso y aire fresco de montaña. Para aquellos que buscan aventura al aire libre, las excursiones de un día a la Montaña Vlašić son una opción natural. En verano puedes hacer senderismo por praderas llenas de flores silvestres y pastizales de montaña o enfrentarte a pintorescas rutas de ciclismo. En invierno, las laderas se convierten en un paraíso para esquiadores y snowboarders. Dondequiera que vayas, encontrarás cabañas tradicionales de pastores que ofrecen degustaciones de quesos locales y una cálida hospitalidad.